lunes, 28 de marzo de 2011

SE BUSCA




No tenemos noticias de los "DESERTORES". Cometieron su delito a las mismas puertas del cuartel, lo cual les hace dóblemente culpables. Serán llevados ante un consejo de guerra sumarísimo. Creemos que el cabecilla es un varón,treinta años, moreno, metro ochenta,viste de negro, lleva una BH de esas que andan solas blanca y es conocido como "el andalú".
lA RUTA

domingo, 20 de marzo de 2011

Ruta do domingo 20 do marzal

Déixovos a ruta de hoxe: saída cara aos lagos de Teixeiro, pasando por un pobo chamado Vilarvente (seguramente ben coñecido polo famoso corredor de maratóns Juanito-snaucer, perdido e non atopado). Despois fixemos un ascenso inútil a un montículo que non se podía baixar en bicicleta, salvo polo tolo do Furón. Subida corta igualmente non ciclable salvo polos túzaros do Maismar e Segundavuelta (que así-así a subiron). Baixada chea de pedras, ciclable, emocionante, pero con coidadiño, pese o refraneiro do Maismar. Sendeiriño ben chulo de volta á caseta dos cazadores e ós lagos. Volta a Lugo, entre piques do Luchiño, ata as Gándaras, que estaban de festa. Ninguén quixo botar un pé. Había fame.



domingo, 13 de marzo de 2011

El vuelo de Ícaro (dedicado a Chorén).


En la mitología griega, Ícaro (en griego antiguo Ἴκαρος Ikaros) es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de Creta, y de una esclava. Fue encarcelado junto a él en una torre de Creta por el rey de la isla, Minos.

Dédalo consiguió escapar de su prisión, pero no podía abandonar la isla por mar, ya que el rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros, y no permitía que ninguno navegase sin ser cuidadosamente registrado. Dado que Minos, el rey, controlaba la tierra y el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Enlazó plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas, para formar así una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas con cera, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro. Ícaro, su hijo, observaba a su padre y a veces corría a recoger del suelo las plumas que el viento se había llevado, y tomando cera la trabajaba con su dedos, entorpeciendo con sus juegos la labor de su padre. Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hijo echaron a volar.

Pasaron las islas de Samaos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho comenzó a ascender como si quisiese llegar al paraíso. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído Icaria en su memoria.
LA RUTA

lunes, 7 de marzo de 2011