Ahí estábamos de nuevo, abatidos por la rutina, dispuestos al sacrificio. Un grupo de amigos, temperatura primaveral, las herramientas listas, el terreno con su punto justo de humedad...es igual, podemos con todo. Nos enfrentaremos a serios peligros en senderos inhóspitos, pero no conocemos el miedo ni el desaliento. Y el Domingo que viene volveremos a la oficina, al pie del cañon.